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Las bajas por salud mental en el trabajo representan el 17% del total

bajas por salud mental

Varias atrás, miembros de ManpowerGroup y la CEOE celebraban una reunión ante más de 100 empresarios para abordar un tema que preocupa mucho: el absentismo laboral. En ese encuentro se habló de las cifras que rodean a este problema: más de 1,4 millones de empleados no acuden a su puesto cada día en España.

Sobre estas cifras versa el informe “El coste del absentismo: claves para una respuesta estratégica”, elaborado por la propia Manpower, en el que se alerta sobre el efecto dominó que este fenómeno provoca dentro de las organizaciones: pérdida de productividad, sobrecarga de equipos, deterioro del clima laboral e incremento de bajas por causas psicológicas. Llegados a este punto, los expertos califican a este fenómeno como un auténtico riesgo estratégico que trasciende lo operativo.

Las bajas por salud mental, al alza

El estudio identifica un cambio profundo en las causas del absentismo. Las bajas por motivos de salud mental representan ya el 17% del total, una proporción que no deja de aumentar en todos los sectores y niveles profesionales. El estrés, la ansiedad, la depresión y el síndrome del “burnout” se han convertido en las nuevas epidemias silenciosas del entorno laboral.

El absentismo laboral no es solo un problema al que las compañías debemos enfrentarnos, es un síntoma”, explica Luis Miguel Jiménez, director general de Manpower España. “Este fenómeno supone una oportunidad para transformar nuestras organizaciones. Nos obliga a repensar el modelo de empresa, a poner a las personas en el centro y a construir culturas laborales más humanas, saludables y sostenibles”.

Junto a la salud mental, otros factores explican el repunte del absentismo: el envejecimiento de la población activa, con una fuerza laboral cada vez más vulnerable a enfermedades crónicas o limitaciones físicas; los cambios en la forma de entender el trabajo y la conciliación, y un aumento notable de las renuncias voluntarias, que según el estudio han crecido un 6,1% en lo que va de año.

Un “problema de país” con respuesta insuficiente

La preocupación por la magnitud del problema ha llegado también a las organizaciones empresariales. Rosa Santos, directora de empleo, diversidad y protección social de la CEOE, advierte que “nos hallamos ante un problema de gran envergadura, un auténtico problema de país que requiere una respuesta coordinada y urgente”.

Según Santos, las empresas están respondiendo con programas de bienestar, atención psicológica y acuerdos con seguros privados, además de iniciativas centradas en la motivación y retención del talento. “Se está trabajando bien, con compromiso y visión estratégica, pero estas acciones, aunque valiosas, no están logrando reducir el número de bajas más allá de un impacto simbólico”, añade.

Los expertos coinciden en que la complejidad del absentismo exige una respuesta integral que combine la actuación empresarial con reformas regulatorias y cambios culturales. “La administración debe revisar el marco normativo y agilizar la respuesta de los servicios públicos; las empresas deben fomentar entornos saludables y abordar los riesgos psicosociales, y los trabajadores deben tomar conciencia del impacto colectivo del absentismo”, resume Jiménez.

Diagnóstico personalizado y estrategia preventiva

La gestión del absentismo ya no puede abordarse con soluciones genéricas. Cada organización requiere un diagnóstico específico que permita identificar las causas, la duración y la distribución de las ausencias. Solo a partir de ese conocimiento se pueden diseñar planes de acción precisos y sostenibles.

Las medidas más efectivas, según Manpower, van desde acciones de bajo coste económico —como la flexibilidad horaria, el trabajo en remoto o los programas de reconocimiento interno— hasta iniciativas estructurales que incluyen seguros de salud privados, gabinetes médicos en la empresa o programas de bienestar físico y emocional.

El enfoque está evolucionando hacia una prevención proactiva. Cada vez más compañías combinan el análisis de riesgos psicosociales con herramientas predictivas de inteligencia artificial que permiten anticipar posibles ausencias. En pocas semanas, y sin necesidad de test psicológicos, estas soluciones generan diagnósticos predictivos de salud mental y ayudan a diseñar planes de intervención personalizados para cada departamento o perfil.

Con todo, el debate y el problema que supone el absentismo en España ya no pertenece solo a las áreas de recursos humanos. Afecta a la productividad, a la imagen corporativa y a la sostenibilidad financiera de las organizaciones. Los expertos coinciden en que el futuro pasa por reforzar la colaboración público-privada, mejorar los sistemas de información sobre bajas laborales y desarrollar políticas integrales de salud en el trabajo. Los más de 30.000 millones de euros anuales que cuesta el absentismo en España son una llamada de atención sobre la necesidad de repensar la relación entre trabajo y bienestar.

 

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