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Día de la Felicidad: ¿tenemos todos los niveles de nuestra vida equilibrados?

Romper moldes, un paso imprescindible para alcanzar la felicidad.

En esta #PíldoraDeCambio, Aritz Urresti nos hace entender cuál es la verdadera felicidad, basada en una vida equilibrada donde deben tener la misma importancia seis facetas de nuestro día a día: la salud, la familia, las relaciones sociales, el lado profesional, la formación y nuestra visión ética y espiritual.

Hay que intentar que ninguna tenga más protagonismo que las otras en nuestra vida, porque si no, no podremos ser felices.

El 20 de marzo es el Día de la Felicidad, una fecha que nos empuja a reflexionar sobre si somos realmente felices en nuestra vida. Pero ¿sabemos en qué consiste exactamente este estado de ánimo?

20 de marzo, Día de la Felicidad.

Poco tiene que ver con abarcar muchos lujos y bienes materiales, y mucho con tener una actitud positiva, algo que suele venir cuando conseguimos equilibrar los seis pilares maestros de nuestra vida: la salud, la familia, el trabajo y todo lo relacionado con el mundo profesional, la formación, las relaciones sociales y nuestro sentir ético y espiritual.

Cada día tenemos que dedicar parte de nuestro tiempo a cada una de ellas y evitar robarle minutos a una para regalárselos a otra, uno de los grandes escollos que minan la felicidad.

También es importante marcarnos objetivos en todas ellas para hacerlas mejorar y evolucionar con el paso del tiempo. Unos ‘para qué’ son necesariospara motivarnos y sentirnos realizados.

La felicidad, el sentido de la vida

La felicidad tiene que ver con el sentido que le damos a la vida cada minuto que pasa. Todo aquello que nos quite ese sentido lo tenemos que cuestionar, porque es lo que hace que no seamos felices.

En este punto suelen estar muy presentes algunos de los valores que nos han inculcadoa lo largo de nuestra vida, y que se han convertido en una barrera de acero que nos impide avanzar.

Seguro que a muchos nos han enseñado desde pequeños que tenemos que ser muy laboriosos, o muy perfeccionistas, o estar muy comprometidos con una causa concreta.

Ideas que hay que dinamitar, porque en muchas ocasiones nos están obligando a priorizar a cualquiera por delante de mí. Por ejemplo, cuando damos más importancia al trabajo que a pasar tiempo con la familia o a ir al médico, poniendo en peligro nuestra propia salud.

Acabar con lo que resta

No es fácil romper con una rutina que nos han marcado como correcta desde nuestra más tierna infancia, pero es necesario hacerlo si queremos salir de una espiral que sólo nos lleva a trabajar uno o dos de los niveles que marcan la vida de cualquier persona.

Debemos tener en cuenta que existen cuatro pilares en la base de este cambio personal: reflexión, actitud proactiva, autoestima y acción.

Si conseguimos cambiar en nuestro interior, provocaremos reacciones en el exterior, en todas las facetas de nuestra vida. Y si al hacerlo nos damos cuenta de que nos hemos equivocado, hay que saber hacer una buena autocrítica, rectificar y volver a intentarlo para saber cuál es la manera correcta.

En goalboxestratamos de explicar que todo aquello que nos lleva a un sentir negativo arruina nuestra felicidad. Que tenemos que cuestionarnos todos aquellos valores que estén restando en nuestro día a día, y buscar acciones de mejorapara que, poco a poco, soltemos lastre.

Es decir, si somos tan responsables y perfeccionistas en el trabajo que le dedicamos más horas de las que deberíamos, hemos de marcarnos metas que nos ayuden a realizar un trabajo óptimo sin restarle tiempo a nuestro ocio. O si nos gusta ‘regalarle’ nuestro tiempo a los demás, que sea por un motivo altruista y que no llegue a minar nuestros ratitos con la familia y los amigos.

Si nos estamos convirtiendo en personas insatisfechas porque no somos capaces de conseguir lo que queremos, quizás sea hora de reflexionary de medir nuestro grado de perfeccionismo, de responsabilidad o de cualquier otra característica que esté influyendo negativamente en nuestro día a día.

Debemos hacer a un lado todos esos valores que estén restando en nuestra vida. Y potenciar todo aquello que esté sumando, todo lo que esté sirviendo para lograr objetivos, nuestros ‘para qué’.

Porque será gracias a ello por lo que consigamos ser felices. Somos nosotros los que podemos dejar de seguir generando realidades que nos disgustan, está en nuestra mano el poder hacer de nuestra vida algo distinto rompiendo nuestro sistema de creencias.


Por Aritz UrrestiCEO de goalboxes

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