Reig Jofre, el éxito farmacéutico de una empresa familiar

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Desde su fundación en 1929, la compañía no ha parado de crecer, especializándose en distintas áreas de interés para la salud. Con la tercera generación liderando el proyecto, la internacionalización ha llegado a un punto de madurez óptimo para seguir introduciendo sus productos en nuevos mercados. Creciendo ya en Japón, el futuro pasa por acceder a Estados Unidos, un proceso que está siendo algo más lento pero que llegará en los próximos semestres.
Ignasi Biosca, consejero delegado de Reig Jofre.

El sector farmacéutico español cuenta con muchos nombres propios que a lo largo de la historia han conseguido triunfar en el mercado gracias, en buena parte, a la innovación aplicada en sus métodos y a la empatía con las necesidades sociales. Uno de esos casos de éxito nació en Cataluña y actualmente se sitúa como el quinto laboratorio español en ventas cotizado en España. Se trata de Reig Jofre, fundado en Barcelona en 1929 por Ramón Reig Jofre y hoy liderado por su nieto, Ignasi Biosca, quien forma parte de la tercera generación, cuya misión ha consistido y consiste en fortalecer la firma a nivel internacional. Estando en la era de la globalización, la internacionalización empresarial es hoy una necesidad, máxime dentro del sector farmacéutico. De momento parece que van por el buen camino, ya que actualmente Reig Jofre tiene presencia comercial directa en 7 países y más de 130 socios comerciales en 63 países del mundo, con más de la mitad de las ventas ya procedentes del exterior. Concretamente el 49% se ubican en Europa y el 13% en el resto del mundo.

[blockquote style=»1″]La cifra de negocios registrada durante 2016 fue de 161,1 millones de euros, lo que equivale a un crecimiento del 2,7% con respecto al 2015. Durante los dos últimos años, la compañía ha invertido 20 millones de euros para reforzar su productividad[/blockquote]

Un éxito logrado gracias a tres factores determinantes: la política de innovación, la especialización tecnológica y las marcas propias de la compañía. Su actividad se centra en dos grandes estructuras: una dedicada a la fabricación y comercialización de los mencionados desarrollos propios (RJF Pharma, 79% de las ventas totales); y otra complementaria dedicada a la fabricación especializada para terceros (RJF CDMO, 21% de las ventas totales). En términos concretos, su especialización se enfoca en antibióticos e inyectables; productos terapéuticos en áreas de dermatología, ginecología y respiratorio; y, por último, complementos nutricionales. En lo que a investigación y desarrollo se refiere, Reig Jofre trabaja en el desarrollo de nuevas indicaciones sobre principios activos conocidos, medicamentos genéricos con enfoque en antibióticos beta-lactámicos e inyectables, productos dermatológicos tópicos, OTCs y complementos nutricionales, así como al desarrollo de nuevas moléculas innovadoras en partenariado con start-ups y centros de investigación.

Imaginación y trabajo: receta anticrisis
Según el consejero delegado, Ignasi Biosca, grandes dosis de trabajo y creatividad aplicados con rigor, siempre dan resultados sea el entorno económico que sea.  A pesar de una trayectoria de casi 90 años en la industria, el espíritu que poseen, según Biosca, es aún muy joven y en pleno crecimiento. Muestra de ello es la intensa actividad comercial e innovadora durante los últimos años. Estos dos factores les están permitiendo entrar en mercados tan importantes como Japón y próximamente en Estados Unidos.
Pero sin olvidar el compromiso que tienen con España. Un compromiso que habla en clave de industrialización, generación de empleo (dispone de una plantilla de 927 empleados) y riqueza y, por supuesto, de innovación. Y es que actúan como tractores de otras compañías pequeñas o locales con proyectos cuyo objetivo no es otro que su internacionalización. No obstante, su compromiso también radica en seguir manteniendo su apuesta por medicamentos de primera necesidad, a pesar de la presión en los precios por parte de los sistemas de salud públicos.

[blockquote style=»1″]El crecimiento registrado a nivel económico y el proceso de expansión de Reig Jofre han llamado la atención de muchos inversores de esta compañía que cotiza en bolsa desde hace dos años[/blockquote]

La receta anticrisis mencionada tiene su repercusión en la parcela económica, pues la cifra de negocios registrada durante el ejercicio 2016 fue de 161,1 millones de euros, lo que equivale a un crecimiento del 2,7% con respecto al año 2015. En el capítulo de las inversiones, hay que señalar que durante los dos últimos años la entidad ha destinado 20 millones para reforzar su capacidad de producción y, al mismo tiempo, mantiene su filosofía de destinar el 5% de sus ventas a la I+D.

Sus dos grandes áreas de actividad registraron crecimientos, siendo especialmente el capítulo de la internacionalización en donde destacó el crecimiento de las ventas fuera de Europa, pasando de ser del 10% al 13%. Biosca refleja el avance que ha tenido Reig Jofre en el mercado japonés, donde trabajan con otra compañía familiar como partner desde hace ya varios años. Para el futuro próximo, la estrategia también abarcará a Estados Unidos, para lo cual ya se está trabajando en las plantas para tener las consiguientes aprobaciones por parte de la FDA. Concretamente, se está trabajando en uno de los antibióticos inyectables dentro de su área de especialización tecnológica. Ésa será la puerta de entrada a Norteamérica, si bien para el futuro se prevé acceder a otras áreas clínicas como la dermatología y la ginecología. Sin duda, todo este crecimiento y expansión mundial han llamado la atención de muchos inversores de esta compañía que cotiza en bolsa desde hace dos años tras la fusión con Natraceutical (Forté Pharma).


El valor de sus fábricas
Otro de los puntos fuertes de Reig Jofre son sus fábricas, para las cuales se está destinando un fuerte capital de inversión. Actualmente cuenta con cuatro centros de desarrollo y tres centros de producción, uno de ellos ubicado en Suecia. En Toledo se encuentra una de ellas, destinada a la fabricación de antibióticos de primerísima necesidad y con un valor social y terapéutico que, según Biosca, se encuentra muy por encima de su valor económico. A lo largo de los años, se ha optimizado su rendimiento para dar salida a sus productos presentes en más de 60 países en el mundo. Por su parte, la planta de Barcelona también goza de muy buena reputación a nivel internacional y cuenta además con más de cuatro décadas de experiencia en el desarrollo de formas inyectables estériles.
La última apertura se ha dado a conocer recientemente con la puesta en marcha de un nuevo laboratorio analítico de desarrollo y control de calidad en la sede de Sant Joan Despí (Barcelona). Se trata de unas instalaciones de 1.200 metros cuadrados de superficie dotadas de las últimas tecnologías y diseñadas para la incorporación de técnicas de microbiología rápida. Han supuesto una inversión de cuatro millones de euros y permitirán acometer nuevos proyectos en dicha área, con la idea de penetrar con esos proyectos en mercados tan exigentes como el japonés, coreano, brasileño o americano. En definitiva, una sede que apuesta por la calidad, la innovación y la internacionalización, tres valores clave en la trayectoria de la compañía.

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