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Nódulos pulmonares: qué son y cómo operarlos de la forma menos invasiva

Gracias a los expertos del Hospital Ruber Internacional, en este artículo descubriremos qué son los nódulos pulmonares y qué técnicas quirúrgicas se están llevando en estos momentos para su abordaje.

 

Nódulos pulmonares o manchas en el pulmón

 

Los nódulos pulmonares, también llamados manchas pulmonares, se detectan en observaciones radiológicas y presentan una forma redondeada que suele ser menor de tres centímetros. Pueden aparecer en pacientes de cualquier edad y generalmente son benignos, aunque también los hay malignos, pudiendo derivar estos últimos en cáncer de pulmón.

 

Según explica el doctor Régulo Ávila, especialista en Cirugía Torácica del Ruber Internacional, la incidencia de nódulos pulmonares malignos es mayor en perfiles de personas fumadoras, mayores de 40 años y normalmente expuestas a ambientes tóxicos. La detección precoz de estas manchas será clave para el devenir de los acontecimientos.

 

Cómo detectar los nódulos pulmonares

 

El modo en el que se detectan estos nódulos se produce por la vía de la imagen, cuyas tecnológicas han avanzando mucho, hasta el punto de poder identificar las fases y evolución de los nódulos pulmonares o detectar aquellos más pequeños (inferiores a los dos centímetros).

 

Su abordaje

 

Una vez detectada la lesión,un equipo multidisciplinar formado por neumólogos, oncólogos, cirujanos torácicos, radiólogos y anatomopatólogos, valora el riesgo de malignidad del nódulo y decide las pruebas diagnósticas, el tipo de seguimiento e intervenciones a realizar para descartar la presencia de cáncer”, aclara el doctor Ávila.

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El Dr. Ávila y su equipo durante una intervención.

En el caso de los nódulos pulmonares malignos, el tratamiento inicial es la cirugía. “La lobectomía es el procedimiento más adecuado y consiste en extirpar la parte anatómica afectada (lóbulo pulmonar)”, prosigue el doctor.

 

Por su parte, la segmentectomía (extirpación de la parte básica del lóbulo pulmonar afectado) reseca el segmento donde se encuentra el nódulo y no todo el lóbulo, sacrificando así menos tejido, lo que preserva mejor la función pulmonar y permite una recuperación más rápida del paciente. Es fundamente la rápida actuación de este tipo de procesos, ya que la tasa de curación en los nódulos pulmonares más pequeños es de un 80%-90%.

Ambos procedimientos (lobectomía y segmentectomía), pueden ser realizados mediante cirugía abierta (toracotomía) o mediante cirugía torácica asistida por vídeo (toracoscopia).

Mínima invasión o con Da Vinci

La primer de las técnicas es una cirugía mínimamente invasiva que se emplea cuando no ha sido posible resecar el segmento pulmonar comprometido. La toracotomía consiste en la inserción de una cámara e instrumentos quirúrgicos para ejecutar el procedimiento con la ayuda del video. El Hospital Ruber Internacional viene haciendo una media de 90 intervenciones de este tipo año y lo que indica su especialista es que son operaciones de unas tres horas en las que se consiguen mejorar los tiempos postoperatorios en la gran mayoría de pacientes.

La aportación del robot Da Vinci en las intervenciones quirúrgicas de nódulos pulmonares es una mayor seguridad para el cirujano en cuanto a su campo de visión y margen de maniobra. Al igual que las técnicas anteriores, Da Vinci puede hacer una sola incisión, con lo que la agresión a los tejidos es mucho menor. Justo hace un año que el Ruber se estrenó con esta tecnología en el quirófano para el tratamiento de nódulos pulmonares y en estos meses se han conseguido resultados óptimos.

Puede ocurrir que, en una operación, los médicos encuentran lesiones mucho más pequeñas y profundas. En estos casos, pueden marcarlas con diversos métodos. «Aquellos nódulos subcentimétricos de características compatibles con una alta sospecha de malignidad, los estamos marcando antes de la cirugía con el radioisótopo más común, tecnecio 99, bajo visión tomográfica y, posteriormente, durante la intervención usamos una sonda gamma de última generación para localizar el punto de marcaje qué, una vez identificado, nos permite resecar el segmento comprometido y facilitárselo al patólogo para su estudio”, señala el doctor Régulo.

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