Somos lo que comemos. Con este dicho tan conocido en el mundo se establece la indudable relación entre la salud y la alimentación. Sin duda, la elección de la comida determina buena parte de nuestro rendimiento en el organismo. Pero ¿y si los productos que tomamos se encuentran en mal estado o son potencialmente nocivos? He ahí la necesidad de los controles oficiales y la importancia de las herramientas que se concentran en torno a la seguridad alimentaria.
Este tema ha sido, es y será una prioridad en cualquier sociedad y a pesar de contar con nuevas tecnologías para facilitar el servicio, siempre pueden surgir problemas, traducidos en las diferentes y periódicas alertas que se lanzan desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Así que cada detalle cuenta en las auditorías que se llevan a cabo. Teniendo en cuenta que se trabaja con un volumen elevadísimo de datos, los retos más destacados en la industria pasan por la recopilación de datos dispersos y la gestión de informes.
La gestión del dato en la seguridad alimentaria
Un error en un lote puede quedar enterrado en hojas de cálculo obsoletas, lo cual puede generar un sinfín de no conformidades en las inspecciones que se realizan. Este error humano tan característico tiene la solución en una gestión digital de la documentación que interviene en una auditoría de seguridad alimentaria. Un software HACCP permite integrar la información procedente de las distintas fuentes que intervienen en la cadena: proveedores, laboratorios, líneas de producción y controles realizados.
No obstante, no solo hay que hablar de acceso a la información, sino también de la importancia de los tiempos, ya que hay reglamentos de la Unión Europea que exigen trazabilidad completa en menos de 4 horas. El nivel de complejidad, especialmente para muchas pequeñas empresas que no están conectadas, es muy alto, terminando por afectar a los propios trabajadores.
Son muchas horas cada jornada para generar y validar informes, de modo que es normal que se produzcan errores y, por tanto, retrasos a la hora de obtener la conformidad por parte de las autoridades de seguridad alimentaria. Sin embargo, gracias a la automatización y un software ERP especializado en HACCP, todo se simplifica
Este tipo de herramientas reducen en gran medida los tiempos de preparación para las auditorías, gracias a su capacidad para centralizar y recopilar datos. Empresas de la industria ya son testigos de sensores IoT en almacenes y líneas de producción que registran temperatura, humedad y parámetros críticos, enviando alertas si hay desviaciones.
La información se transmite en tiempo real en toda la organización, llegando también a los clientes. Los ERP digitalizan certificados de proveedores, los análisis microbiológicos y los planes de limpieza vinculados a cada lote.
Una comunicación constante con clientes y laboratorios
Al igual que en todos los sectores económicos, la digitalización es crucial también en los sistemas preventivos y controles de riesgos alimentarios. Cárnicas, conserveras o cualquier entidad dedicada a la producción alimenticia debe dar el paso hacia la automatización porque además de velar por la salud del consumidor, ganará más confianza por parte de los clientes. La integración de los datos, la predictibilidad de los planes de control agiliza el trabajo y la relación con los partners porque toda la información necesaria se encuentra a un solo clic.
Mención especial para las relaciones con los laboratorios y la optimización en los procesos de envío y recogidas de muestras. Desde un ERP especializado se pueden gestionar todo ello con laboratorios externos o crear órdenes de trabajo para aquellas empresas que cuentan con laboratorio propio. Todo está al alcance de la mano.
Aumento de notificaciones de alertas
Quizás con una digitalización más madura por parte de los productores, descendería el número de no conformidades, así como el número de notificaciones por parte de la AESAN, la cual emitió en 2024 un total de 9.460 avisos, un 8% más que el año anterior. Según este organismo, frutas y hortalizas concentraron el mayor número de incumplimientos debido principalmente a residuos de pesticidas. El etiquetado incorrecto o la declaración de propiedades saludables no autorizadas para complementos alimenticios también representó una cuota notable en el número de notificaciones.