Una de las claves hoy en día en las empresas es la anticipación, hasta tal punto que se erige como una habilidad fundamental para las empresas.
El Global Risks Report 2025, del Foro Económico Mundial, destaca los riesgos que moldean el futuro: conflictos geopolíticos, crisis climáticas y desinformación.
Este informe, respaldado por más de 900 expertos, ofrece valiosas perspectivas para pymes y gestores, subrayando la importancia de la resiliencia y la preparación ante un panorama global complejo y en constante evolución.
Comprender el riesgo para anticipar el cambio
En un entorno global cada vez más volátil, la capacidad de anticipación se ha convertido en una competencia crítica para las empresas. El Global Risks Report 2025, publicado por el Foro Económico Mundial, alerta sobre un contexto internacional dominado por la inestabilidad geopolítica, el cambio climático, la desinformación y los ciberataques. Un escenario desafiante que afecta directamente a la estrategia empresarial.
Este informe, elaborado con las opiniones de más de 900 expertos en todo el mundo, se ha consolidado como una referencia esencial para entender las tendencias que moldean la economía global. Más allá de su utilidad para gobiernos o multinacionales, sus conclusiones son especialmente relevantes para pymes, autónomos y gestores administrativos, ya que permite anticipar normativas, disrupciones o amenazas que impactan en el día a día de cualquier negocio.
Una década marcada por la fragilidad
El informe advierte que hemos entrado en una época caracterizada por la fragilidad estructural. Ya no hablamos de crisis aisladas, sino de riesgos sistémicos, persistentes y entrelazados. La sensación de vivir en un mundo crónicamente inestable afecta a la inversión, la confianza y la planificación empresarial.
Uno de los riesgos más alarmantes para 2025 es el conflicto armado entre Estados, señalado por el 23% de los expertos como la amenaza más probable a corto plazo. La guerra en Ucrania, la escalada en Gaza, los disturbios en Sudán o las tensiones en Asia-Pacífico son solo algunos ejemplos. La preocupación aumenta por la erosión de los mecanismos multilaterales para resolver estos conflictos y la creciente militarización de las relaciones internacionales.
El cambio climático ya no es una predicción, es el presente
Los eventos climáticos extremos se posicionan como el segundo gran riesgo de 2025. Incendios, inundaciones, olas de calor y sequías ya afectan a sectores clave como la agricultura, el turismo, la energía y el transporte. Las empresas deben incorporar el riesgo ambiental en su gestión interna y contar con estrategias de adaptación.
También es esencial comprender los nuevos marcos normativos europeos y nacionales en sostenibilidad. Desde la eficiencia energética hasta las auditorías climáticas, las obligaciones regulatorias crecen rápidamente. Contar con un asesoramiento especializado se convierte en un activo para asegurar el cumplimiento y acceder a incentivos o ayudas.
La desinformación como amenaza silenciosa
Otro de los grandes riesgos es la manipulación informativa. El informe destaca cómo actores públicos y privados utilizan la tecnología y la inteligencia artificial para difundir información falsa, desestabilizar mercados y erosionar la confianza en instituciones. Este riesgo tiene implicaciones directas en la reputación empresarial, la relación con clientes y la toma de decisiones estratégicas.
Combatir la desinformación exige inversiones en formación mediática, verificación de datos y comunicación transparente. Las empresas deben adoptar una cultura de información responsable, con canales oficiales de comunicación y protocolos de respuesta ante crisis reputacionales.
Ciberseguridad: una inversión imprescindible
El incremento de ciberataques representa un riesgo transversal, que afecta desde grandes corporaciones hasta pymes sin sistemas avanzados. El informe alerta sobre el crecimiento en número, daño potencial y sofisticación de estos ataques, incluyendo aquellos con origen estatal.
Invertir en ciberseguridad ya no es una opción, sino una necesidad básica para operar en el entorno digital. Las pymes deben implementar auditorías periódicas, sistemas de protección, formación continua del personal y planes de contingencia. La gestión de datos sensibles y la protección frente a ransomware se sitúan como prioridades clave.
Fragmentación geoeconómica y tensiones comerciales
Las tensiones comerciales entre grandes potencias, junto con la competencia por recursos y tecnologías estratégicas, están generando un desacoplamiento del comercio global. Esta fragmentación en bloques regionales, con normativas, monedas digitales y sistemas propios, aumenta la complejidad operativa.
Para las empresas que operan internacionalmente, esto implica ajustar su estrategia a un mundo más fragmentado, regulado y cambiante. Contar con consejo experto en comercio exterior, fiscalidad internacional y compliance es fundamental para minimizar riesgos y aprovechar oportunidades.
Interconexión de amenazas: una cadena de efectos
Una de las advertencias más relevantes del informe es la interconexión entre riesgos. Un desastre natural puede provocar escasez de recursos, subida de precios, malestar social e inestabilidad política. Un conflicto puede impactar en el comercio, el empleo o la seguridad jurídica. Esta lógica de sistemas complejos exige un enfoque holístico y preventivo.
Las empresas deben avanzar hacia modelos de resiliencia organizativa, con evaluaciones periódicas de riesgos, simulacros de crisis y planes de continuidad adaptados a múltiples escenarios. La anticipación, más que la reacción, es la estrategia que diferencia a las organizaciones líderes.
El papel clave de los gestores administrativos
En este escenario, los gestores administrativos se consolidan como aliados estratégicos. Su función va más allá de la tramitación: son intérpretes normativos, facilitadores de procesos y asesores de confianza para pymes y autónomos. Su cercanía con el tejido empresarial les otorga una posición privilegiada para identificar riesgos emergentes y acompañar en la toma de decisiones.
Promover la resiliencia institucional implica ayudar a las empresas a estar preparadas ante imprevistos. Requiere fomentar la actualización formativa, participar en redes profesionales, apostar por la digitalización y priorizar la sostenibilidad como eje de competitividad.
Recomendaciones para empresas en 2025
A partir del informe, estas son algunas acciones clave que toda organización debería considerar:
- Incluir el riesgo global en la planificación estratégica.
- Invertir en ciberseguridad, protección de datos y cumplimiento normativo.
- Adoptar protocolos frente a desinformación y crisis reputacional.
- Actualizar planes de continuidad y simulacros ante eventos críticos.
- Alinear su estrategia con marcos ESG y normativas de sostenibilidad.
- Formar a sus equipos en gestión de riesgos y pensamiento crítico.
- Buscar asesoramiento externo con visión integral y anticipatoria.
Prepararse para un futuro incierto
El Global Risks Report 2025 no debe verse como una lista de amenazas, sino como una herramienta de planificación. Sus conclusiones son una llamada a la acción para todos los actores económicos, especialmente las pymes y profesionales que representan el motor de nuestra economía.
La resiliencia ya no es un lujo, es un requerimiento. Prepararse para los riesgos globales es un ejercicio de responsabilidad, competitividad y liderazgo. Contar con el acompañamiento de profesionales expertos marca la diferencia en un entorno donde lo único constante es el cambio.
El Global Risks Report 2025 subraya la importancia de la anticipación y la resiliencia frente a un entorno empresarial cada vez más complejo.
Las pymes y gestores deben adoptar estrategias proactivas para enfrentar riesgos interconectados como la inestabilidad geopolítica, el cambio climático y la desinformación.
Prepararse ante estas amenazas y contar con asesoramiento especializado no solo es esencial, sino que se convierte en una estrategia fundamental para asegurar la competitividad y el liderazgo en un futuro incierto.