Directivos y Empresas

La deuda pública se eleva al 117,1% del PIB

La deuda pública sobre el PIB de la economía española se ha disparado hasta los 122.439 millones en 2020, lo que supone el 117,1% del PIB. Este es el dato que se ha dado a conocer recientemente. Ante este hecho, Albert Guivernau, profesor de economía en OBS Business School, explica todo lo que supone este aumento desorbitado de la deuda pública, motivado por la pandemia.

 

¿Qué es la deuda pública y por qué puede ser un problema o no?

 

La deuda sobre el PIB es un indicador que pone en relación la duda pública (endeudamiento del sector público) con el PIB, que refleja la actividad económica de un país.

 

Este indicador aumenta debido al crecimiento de la deuda pública por reducción de ingresos, fundamentalmente tributarios, y aumento del gasto público; al mismo tiempo que cae la actividad económica expresada en el PIB.

 

Los ingresos caen fundamentalmente por la bajada en la recaudación del IVA (se ha reducido el consumo), IRPF (se reduce el número de personas trabajando) y Sociedades (cierre de empresas y reducción del beneficio de las que mantienen actividad); y los gastos aumentan fundamentalmente por la necesidad de prestaciones sociales. Y todo esto sucede sin que el Gobierno tome decisiones en lo que se conoce como mecanismo de estabilizadores automáticos.

 

El problema para España no resulta del volumen de endeudamiento (la deuda italiana es del 157% o la de Japón del 257%) sino para qué se endeuda. Si el aumento de deuda fuera para generar nuevos puestos de trabajo o mejorar la productividad o la competitividad esto no sería un problema.

 

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Se convierte en un factor muy negativo cuando una economía se endeuda para mantener su actividad ordinaria o pagar subsidios, como es el caso de España. No es tan relevante el nivel de deuda como el para qué.

 

Si el endeudamiento no sirve para impulsar las inversiones productivas, esta cifra no cesará de aumentar y habrá que destinar la mayor parte del presupuesto público a devolver la deuda, cronificando una situación en la que los principales perjudicados serán las empresas y los trabajadores españoles.

 

Unos animan a gastar y otros a controlar el déficit

 

El BCE anima a los países a gastar con un mensaje claro: que ellos siempre estarán ahí. Pero anima a hacerlo –y esta parte suele olvidarse- sin comprometer la sostenibilidad financiera futura. El lunes el Eurogrupo analizó la situación económica y previó ir volviendo poco a poco a las reglas de déficit a partir de verano, coincidiendo con los primeros desembolsos del Next Generation EU.

 

Es entonces cuando empezaremos a ver el alcance real de la crisis económica en nuestro país y la robustez adquirida (o no) de la economía española durante estos meses de inyecciones de liquidez en la actividad empresarial.

 

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