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Los grandes analistas en sostenibilidad tienen a CaixaBank en una alta estima

CaixaBank ratings analistas en sostenibilidad

En los últimos años, la sostenibilidad y la RSE se ha convertido en un factor clave en la estrategia de negocio de las grandes entidades financieras. Ya no se trata únicamente de maximizar resultados económicos, sino de hacerlo integrando criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) que impulsen un modelo de crecimiento responsable. Y este modelo es el que ha impulsado CaixaBank y tal estrategia no pasa precisamente desapercibida para los analistas en sostenibilidad internacionales.

La entidad aparece destacada en los ratings de referencia que evalúan el desempeño en sostenibilidad de las compañías más relevantes del mundo. Entre los reconocimientos más recientes se encuentra su inclusión por decimotercer año consecutivo en el Dow Jones Sustainability Index, ahora denominado “Best in Class”. En la edición de 2025, CaixaBank ha alcanzado una puntuación de 86 sobre 100, situándose como la novena entidad financiera más sostenible del mundo y la segunda de Europa. La mejora respecto al año anterior responde, en gran medida, a su liderazgo en áreas como transparencia, reporting, ciberseguridad o experiencia de cliente.

Asimismo, en el Sustainability Yearbook 2025 elaborado por S&P Global, CaixaBank ha sido distinguida en el Top 10% de las empresas de su sector, lo que refuerza su posición como referente global.

Otro avance destacado ha sido su calificación de 2 en Sustainable Fitch ESG Entity Rating, lo que la convierte en la única entidad bancaria española que se somete voluntariamente a este riguroso análisis. Este rating confirma su liderazgo en el Eurostoxx Banks y resalta aspectos como la creciente financiación verde, los objetivos de descarbonización o el impulso a soluciones sociales a través de MicroBank.

Los ratings de CaixaBank en el ámbito climático: la valoración de los analistas en sostenibilidad

En el terreno climático, CaixaBank ha mantenido por cuarto año consecutivo la máxima calificación “A” otorgada por CDP, situándose en la categoría ‘Leadership’. Este reconocimiento refleja la solidez de su estrategia en reducción de emisiones, gestión de riesgos climáticos e implicación en políticas de sostenibilidad junto a sus grupos de interés.

En el ámbito de la gobernanza, CaixaBank también ha mejorado sus posiciones. En la última evaluación de MSCI ESG Ratings, ha ascendido a la categoría AA, gracias a su marco de privacidad y gestión de datos, su baja intensidad de emisiones y sus avances en prácticas corporativas. A ello se suma la categoría ‘Prime’ de ISS ESG, con una puntuación de 59,95, situándola en el decil más alto de transparencia y desempeño.

Por su parte, Morningstar Sustainalytics ha reducido su puntuación de riesgo ASG a 13 puntos, lo que la coloca en el percentil 5 de las 595 entidades de banca regional analizadas. Esta posición confirma una gestión de riesgos sólida y un nivel de exposición considerado bajo.

Finalmente, en el índice FTSE4Good de FTSE Russell Index, CaixaBank ha alcanzado una puntuación de 4,2 sobre 5, con máximos en estándares laborales, derechos humanos y transparencia fiscal. La entidad, con un fuerte vínculo histórico hacia el impacto social de su actividad, ha logrado integrar la sostenibilidad como uno de los ejes transversales de su estrategia. Esto significa que su gestión no solo busca rentabilidad, sino también contribuir activamente a la transformación del modelo económico. El objetivo es claro: movilizar recursos para promover una economía positiva, que genere bienestar en las personas y un impacto duradero en la sociedad y el entorno.

Toda la estrategia de CaixaBank concretada en un plan y 100.000 millones de euros

Con el aval de los grandes analistas, CaixaBank se seguirá moviendo en el mercado con un ambicioso Plan de Sostenibilidad 2025-2027, que prevé movilizar 100.000 millones de euros en financiación de proyectos orientados a acelerar la transición verde. Este esfuerzo se canalizará hacia ámbitos como las energías renovables, la movilidad sostenible, la eficiencia energética en edificaciones y las soluciones de descarbonización tanto para empresas como para hogares.

Pero el plan no se limita al ámbito ambiental. También contempla actuaciones sociales, como la inclusión financiera de colectivos vulnerables, el acceso a la formación y al empleo, y la atención a las necesidades derivadas del envejecimiento poblacional. Todo ello bajo una gestión ética y responsable, respaldada por equipos especializados y con un compromiso firme de transparencia en la rendición de cuentas.

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