Tradicionalmente, las zonas rurales en España han sido las grandes olvidadas en el despliegue de servicios o herramientas digitales. Sin embargo, está cuestión parece haberse revertido por esfuerzos repartidos entre el ámbito público y privado. El siguiente paso en hacer llegar la fibra óptica es el de impulsar la digitalización de una forma más profunda con soluciones más inteligentes. Esa es la gran demanda de los que pueblan estos territorios en España, según recoge el Observatorio Asteo en su estudio “Panorama del entorno digital y la calidad de vida del mundo rural”, presentado en la sede de la Comisión Europea en Madrid.
La demanda de las personas mayores en las zonas rurales tiene un gran motivo: el bienestar
Según dicho documento, nueve de cada diez usuarios de internet en zonas rurales (95%) creen que la digitalización del hogar —con teleasistencia, sensores o domótica— mejoraría la calidad de vida de los mayores.
Concretamente, el 94% de los residentes rurales considera que estas tecnologías permitirían a las personas mayores permanecer más tiempo en su vivienda y afrontar su día a día con mayor autonomía. Una reivindicación especialmente fuerte entre los propios mayores de 65 años: el 77% asegura que la digitalización domiciliaria mejoraría su vida y el 79% cree que evitaría tener que mudarse a casa de familiares o a residencias.
Estos son los deseos de los habitantes mayores de las áreas rurales, pero la realidad es otra. Y es que el Observatorio Asteo, que analiza municipios de menos de 10.000 habitantes en toda España, constata que en el caso concreto de la domótica, estas regiones se encuentran todavía en fase de despliegue: solo el 25% de los hogares conectados cuenta con algún dispositivo inteligente.
Conectividad: España, líder en Europa, pero persiste la percepción de desigualdad
Mucho mejores son los datos que se citan sobre la conectividad por fibra, ya que el 74% de los encuestados en el estudio afirma tener fibra óptica en su vivienda. Eso sí un 32% cree que España está peor que el resto de Europa en acceso a internet de alta velocidad.
Lo cierto es que esta percepción que contrasta con los datos oficiales, pues España alcanza una cobertura del 95% y se sitúa como el segundo país de Europa con mayor despliegue de fibra.
Debate y reflexiones de expertos sobre los datos del estudio
La presentación del informe ha reunido a representantes de la Comisión Europea, el Gobierno central, empresas tecnológicas y expertos del ámbito digital. Entre ellos, Beatriz Alvargonzález Largo, de la Oficina de Representación de la Comisión Europea en España; Elena Galindo Ayuso, de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones; y Pedro Abad, CEO de Asteo Red Neutra, además de portavoces de Amazon, ONTSI y la propia compañía.
Abad insistió en que “España supera la media de la UE” en el despliegue de fibra y destacó que en el entorno rural la cobertura alcanza ya el 86%. “Podemos decir que el vaso está medio lleno. El reto ya no está en la conectividad del usuario particular, sino en la del tejido empresarial y en la conectividad de larga distancia”, subrayó.
Además, recordó la oportunidad que supone la fibra para instalar centros de datos en áreas rurales, facilitando la descentralización digital: “La computación es imprescindible hoy en día, y hay una tendencia a diversificar la ubicación de los centros de datos. El rural también tiene espacio en ese futuro”.
Pymes rurales: digitalización para competir en igualdad
Uno de los grandes motores económicos rurales es su tejido de pequeñas empresas. Según Amazon, 17.000 pymes españolas venden en la plataforma y un tercio se ubican en municipios rurales. De ellas, el 65% exporta a otros países de la UE.
“Una buena conectividad local permite competir en igualdad de condiciones”, destacó Jon Guinea, responsable de Public Policy de Amazon en España. Además, los clientes rurales compran un 20% más que los urbanos, lo que convierte la conectividad en un factor decisivo para atraer oportunidades económicas.
Solo por los datos que aporta este directivo de Amazon se entiende que internet a alta necesidad sea ya una auténtica necesidad para los habitantes rurales. El 72% lo considera imprescindible para tener una buena calidad de vida, cifra que sube al 85% entre los mayores y al 76% en municipios de menos de 5.000 habitantes. La falta de conexión es incluso causa de abandono: un 58% afirma que se mudaría si no tuviera una conexión adecuada, especialmente jóvenes menores de 35 años y personas que teletrabajan.
Inteligencia artificial, emprendimiento y sector primario: las otras claves de la digitalización en zonas rurales de España
Además de lo anterior, el informe del Observatorio Asteo también revela otras claves sobre temas relacionados con la digitalización y las zonas rurales que están de plena actualidad. Uno de ellos es el uso de la IA, que ha pasado del 30% en 2024 al 43% en 2025 en estos puntos de la geografía española. Los jóvenes y adultos de mediana edad son los principales usuarios, mientras que entre los mayores solo uno de cada diez la utiliza.
Aun así, aparece un riesgo emergente: un 70% afirma haber recibido noticias falsas online, y uno de cada cuatro las ve con frecuencia. Aunque el 66% contrasta la información en medios fiables, todavía un 20% no toma ninguna medida. Los encuestados exigen una tecnología ética, regulada y segura. Como señaló Luis Muñoz López, de ONTSI, “las nuevas herramientas no se rechazan, pero deben servir para reducir desigualdades, garantizar transparencia y respetar la dignidad humana”.
En cuanto proyectos empresariales, tres de cada cuatro encuestados (74%) consideran que el emprendimiento rural es esencial para crear oportunidades. Y el teletrabajo, aunque aún limitado (solo un 23% puede hacerlo), es visto como una herramienta crucial: el 86% cree que ayuda a fijar población, porcentaje que asciende al 99% entre quienes ya trabajan en remoto.
Aunque solo el 10% de los encuestados trabaja en el sector primario, su peso económico y social es fundamental. El 58% de quienes trabajan en agricultura o ganadería considera indispensable una buena conexión para modernizar sus explotaciones. Sin embargo, solo el 22% ha incorporado tecnologías digitales en el último año. Los principales frenos: el coste de inversión (42%) y la falta de conexión estable (28%).