A Groupon se le acaba el chollo

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La página de las ofertas tiene problemas de índole estratégico y económico. Ha perdido mucho valor en el mercado y la poca fidelidad de los clientes hace que podamos encontrarnos con un ejemplo de pinchazo de burbuja tecnológica.


 

Fue una novedad y subió como la espuma. Su posición por Internet era muy potente y los usuarios identificaban fácilmente a la marca de los descuentos. Groupon no pasa por sus mejores momentos y ya más de uno toma el caso como un ejemplo de pinchazo de burbuja tecnológica.

Sus resultados semestrales fueron peor de lo previsto y las acciones cayeron un 30% nada más conocerse la noticia, acumulando un 89% desde su inicio en el parqué hace un año. El caso es que su oferta parece sobrevalorada, con demasiado ruido en su página. Un usuario se apunta a cualquiera de las ofertas y acto seguido le llega una avalancha de nuevas promociones. También se habla del escaso beneficio que se apuntan los anunciantes en la web de la compañía. Según un estudio realizado por Raymond James, casi un 40% de las empresas que deciden publicitarse en la página de Groupon no volvería a repetir promoción por un periodo de dos años.

El mismo informe ha puesto de manifiesto la poca fidelidad que tienen los clientes que acceden a una de las ofertas. Además según varias fuentes consultadas por esta web, algunas veces el servicio y el producto ofertado no coindicen con lo que e oferta previamente. De este modo, cuando eso sucede en más de un caso, el boca a boca no contribuye al éxito de la empresa y la fidelización del cliente de Groupon es más bien escasa.

Puede que estemos ante el inicio de del fin de una de las grandes empresas de Internet, aunque la compañía todavía presume de estar libre de deudas, aunque, eso sí, con una reducción de 1.800 millones de dólares en su valor de mercado. Quizás la situación exija un cambio de rumbo.

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