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La IA ya regala un día extra de productividad semanal a los empleados: el nuevo motor del trabajo híbrido

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Un reciente estudio global de International Workplace Group (IWG) ha revelado un hallazgo impactante: el 78% de los empleados ya gana un día extra de productividad a la semana gracias a la inteligencia artificial (IA). Este fenómeno está transformando el modelo de trabajo híbrido, abriendo nuevas oportunidades de negocio y generando un cambio cultural profundo en la relación entre generaciones dentro de las empresas.

El informe, basado en una encuesta a más de 2.000 profesionales en Estados Unidos y Reino Unido, confirma que la IA se ha convertido en una herramienta esencial de eficiencia. En promedio, los trabajadores afirman ahorrar 55 minutos al día gracias a estas soluciones, lo que se traduce en casi un día adicional de trabajo a la semana.

Este impacto no se limita al aumento de la productividad individual. También genera un efecto multiplicador en la eficiencia organizativa, ya que permite a los equipos reorganizar prioridades, dedicar más tiempo a la innovación y mejorar su capacidad de respuesta ante los retos del mercado. La IA ya no se percibe únicamente como un recurso técnico, sino como un catalizador estratégico para el crecimiento empresarial.

La IA representa un cambio estructural en la forma de trabajar

El impacto directo en la productividad

Los datos muestran que la productividad no solo crece, sino que también cambia de naturaleza. El tiempo ganado con la IA se destina principalmente a:

Este rediseño de prioridades refleja cómo la Inteligencia Artificial no sustituye a las personas, sino que libera su tiempo para actividades de mayor valor, reforzando la innovación, la formación continua y la cohesión de los equipos. De hecho, uno de los hallazgos más relevantes es que los empleados están redescubriendo la importancia de las interacciones humanas, que ahora adquieren mayor calidad gracias a la eliminación de tareas mecánicas.

La automatización de procesos como la redacción de informes, la elaboración de borradores o el análisis inicial de grandes volúmenes de datos está permitiendo a los profesionales concentrarse en actividades de alto impacto, como la toma de decisiones estratégicas o el diseño de soluciones innovadoras. Esto eleva la calidad del trabajo y fortalece la competitividad de las empresas.

La Generación Z como motor de adopción

Uno de los hallazgos más reveladores es el papel de la Generación Z en la expansión de la IA. Casi dos tercios (59%) de estos empleados jóvenes están ayudando activamente a sus compañeros sénior a adoptar y utilizar herramientas de inteligencia artificial. Este intercambio intergeneracional está reduciendo brechas digitales y fomentando la colaboración transversal.

El impacto es notable: el 82% de los directivos asegura que las innovaciones en IA introducidas por los más jóvenes han abierto nuevas oportunidades de negocio, mientras que dos tercios de los líderes del comité ejecutivo (C-suite) reconocen que estas competencias han mejorado la productividad de sus departamentos.

Este fenómeno convierte a la Generación Z en un auténtico catalizador cultural, capaz de acelerar la transformación digital de las empresas no solo con su uso intensivo de la tecnología, sino también promoviendo un cambio de mentalidad en sus equipos. Su papel como “embajadores de la IA” contribuye a derribar resistencias internas y a extender una cultura de aprendizaje continuo.

La IA como catalizador de desarrollo profesional

La inteligencia artificial no solo cambia el modo de trabajar, sino también la forma en que los empleados construyen su futuro profesional. Según el informe:

Estos datos evidencian que la IA ya no es una opción: es un requisito indispensable para mantener la competitividad profesional y empresarial. Además, la percepción de que el aprendizaje de estas herramientas influye directamente en la empleabilidad impulsa a los trabajadores a invertir más tiempo en su formación, consolidando la idea de que la educación continua es clave en la era digital.

El impacto se extiende también a la movilidad laboral: la capacidad de dominar la IA se convierte en un factor diferenciador a la hora de acceder a nuevos puestos, ascender o incluso reinventarse profesionalmente en sectores en transformación.

La transformación del trabajo híbrido

El modelo híbrido, cada vez más extendido, encuentra en la IA un aliado estratégico. El 69% de los trabajadores híbridos afirma que la IA facilita la coordinación entre equipos distribuidos geográficamente. Entre los beneficios destacan:

Además, la automatización de tareas rutinarias como la redacción de correos, el resumen de notas o la gestión de archivos permite que los días presenciales en la oficina se dediquen a actividades de mayor valor: estrategia, innovación y construcción de relaciones.

La IA también está mejorando la calidad de la comunicación en entornos híbridos. Herramientas que transcriben reuniones, traducen en tiempo real o resumen conversaciones permiten que los equipos se concentren en la esencia de los proyectos, sin preocuparse por perder información crítica.

La capacidad de dominar la IA se convierte en un factor diferenciador a la hora de acceder a nuevos puestos, ascender o incluso reinventarse profesionalmente en sectores en transformación

Reducir brechas y construir equipos más conectados

Más de la mitad de los trabajadores afirma compartir sus conocimientos de IA con compañeros de equipo, cifra que asciende al 66% entre los profesionales de 25 a 34 años. Este flujo de conocimiento compartido reduce las brechas generacionales y fortalece la cohesión interna, creando equipos más ágiles y preparados para el futuro laboral.

De hecho, las organizaciones que fomentan este intercambio de saberes generan entornos de trabajo más inclusivos y participativos. La IA, lejos de crear divisiones, se convierte en una herramienta para democratizar el conocimiento, ya que facilita que todos los empleados, independientemente de su nivel de experiencia, accedan a los mismos recursos y capacidades.

El papel de los líderes es clave: promover espacios de formación, incentivar el uso de la IA y reconocer las aportaciones de quienes lideran esta adopción tecnológica. La gestión del cambio, en este sentido, se convierte en un factor crítico de éxito.

El papel de los líderes es clave: promover espacios de formación, incentivar el uso de la IA y reconocer las aportaciones de quienes lideran esta adopción tecnológica

IA y la estrategia empresarial: un recurso imprescindible

El estudio también pone de relieve que la integración de la IA tiene un efecto directo en la estrategia corporativa. Para muchos directivos, la adopción de estas herramientas no solo aumenta la eficiencia, sino que también abre nuevas líneas de negocio, impulsa la innovación en productos y servicios y fortalece la capacidad de adaptación a un entorno incierto.

De este modo, la IA se perfila como un recurso imprescindible en las agendas estratégicas de las empresas, no solo como un medio para mejorar la productividad, sino como un elemento central en la definición del futuro de la organización.

Como resume Mark Dixon, fundador y CEO de IWG: “Los avances tecnológicos, especialmente en inteligencia artificial, están impulsando la productividad, abriendo nuevas oportunidades profesionales y conectando generaciones con diferentes niveles de experiencia. Estas mejoras están creando equipos más conectados y preparados para el futuro del trabajo”.

La IA como ventaja competitiva

El estudio de IWG demuestra que la IA ya no es una promesa de futuro, sino una realidad que está redefiniendo el presente del trabajo. Desde el aumento de la productividad hasta el desarrollo profesional y la cohesión intergeneracional, la IA se posiciona como un factor clave de competitividad empresarial.

Para directivos y empresas, el mensaje es claro: la adopción de la IA no es opcional. Quienes integren estas herramientas de manera estratégica no solo mejorarán su eficiencia, sino que también atraerán y retendrán el talento, impulsarán la innovación y estarán mejor preparados para liderar el futuro del trabajo híbrido.

La adopción estratégica de la IA se convierte, así, en un requisito imprescindible para que las organizaciones sean competitivas y estén preparadas para los retos del futuro del trabajo híbrido.

La adopción de la IA no es opcional. Quienes integren estas herramientas de manera estratégica no solo mejorarán su eficiencia, sino que también atraerán y retendrán el talento, impulsarán la innovación y estarán mejor preparados para liderar el futuro del trabajo híbrido.

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