La inteligencia artificial se ha convertido en la tecnología de propósito general con la adopción más rápida de la historia humana, superando los 1.200 millones de usuarios en menos de tres años. Sin embargo, esta revolución no se está expandiendo de manera uniforme: mientras en Emiratos Árabes Unidos y Singapur más del 58% de la población adulta ya utiliza IA, en gran parte del África Subsahariana la adopción no alcanza el 10%.
Estos son algunos de los hallazgos clave del Informe AI Diffusion Report: Where AI is most used, developed and built” publicado por Microsoft, que analiza dónde se está usando, desarrollando y construyendo la inteligencia artificial en el mundo.
En lo que respecta a España, Microsoft señala en su informe que es el sexto país en adoptación de la IA. Se puede decir que España tiene un alto grado de madurez en el uso de esta tecnología. No en vano, el territorio es líder en adopción per cápita: un 39,7% de la población la utiliza, una cifra muy superior a la media global y por encima de países como Estados Unidos.
El informe identifica tres fuerzas esenciales para la difusión tecnológica:
- Los pioneros que expanden las fronteras de lo posible (investigadores y creadores de modelos).
 - Los constructores de infraestructura que escalan los avances mediante redes, herramientas y habilidades.
 - Los usuarios que aplican estas tecnologías para resolver problemas reales.
 
La historia muestra que el progreso se acelera cuando estas tres fuerzas evolucionan juntas», señala el documento. «Edison inventó la bombilla, pero fueron las redes eléctricas y los usuarios cotidianos quienes hicieron universal la electricidad. Con la IA ocurre lo mismo.
La brecha Norte-Sur: electricidad, internet y datos
La adopción de IA en el Norte Global es aproximadamente el doble que en el Sur Global. Esta división refleja disparidades más profundas en infraestructura básica:
- Electricidad: Más de 750 millones de personas carecen de acceso a electricidad, con el 85% de este déficit concentrado en el África Subsahariana.
 - Centros de Datos: Estados Unidos y China albergan el 86% de la capacidad global de centros de datos.
 - Conectividad: En países como Zambia, la adopción de IA entre personas con acceso a internet es tres veces mayor que el promedio nacional.
 
La barrera Lingüística: un desafío invisible
Un hallazgo particularmente significativo es el impacto del idioma en la adopción de IA. Los países donde predominan lenguas con pocos recursos digitales –como el swahili o el yoruba– muestran tasas de adopción un 20% más bajas, incluso después de ajustar por PIB y acceso a internet.
«Los modelos de lenguaje más avanzados alcanzan aproximadamente un 80% de precisión en inglés, pero caen por debajo del 55% para algunos idiomas de bajos recursos como el yoruba, hablado por más de 50 millones de personas en África», revela el informe.
Líderes mundiales en la adopción de la IA
Singapur y Emiratos Árabes Unidos lideran la adopción global de IA, demostrando que la inversión estratégica en infraestructura digital y educación puede impulsar la difusión tecnológica incluso sin desarrollar modelos de vanguardia.
Mientras tanto, solo siete países –Estados Unidos, China, Corea del Sur, Francia, Reino Unido, Canadá e Israel– albergan modelos de IA de nivel frontera. Sin embargo, la brecha de rendimiento se está reduciendo rápidamente: China sigue a Estados Unidos por menos de seis meses, e Israel está a menos de un año de la frontera tecnológica.
El informe concluye con una reflexión crucial: aunque los primeros mil millones de usuarios llegaron rápidamente, los próximos mil millones enfrentarán barreras estructurales significativas. Cerca de cuatro mil millones de personas –aproximadamente la mitad de la humanidad– carecen actualmente de la combinación básica de electricidad, conectividad y habilidades digitales necesarias para utilizar la IA.
«El valor de la inteligencia artificial no se juzgará por la cantidad de modelos producidos, sino por el grado en que beneficien a la sociedad», sentencia el documento. La pregunta que queda pendiente es si la comunidad global podrá cerrar estas brechas o si la revolución de la IA profundizará las desigualdades existentes.

