Martin Varsavsky no presume de tener una receta infalible para el éxito, pero sí ofrece algo aún más valioso: una historia real, con aciertos, errores y aprendizajes profundos. “No tengo una fórmula, pero hay elementos de mi historia que pueden servir a otros”, dijo recientemente en el Madrid Economic Forum, ante una audiencia de más de 7.000 personas. Su mensaje no fue teórico ni edulcorado: fue una descarga directa de experiencias.
En un ecosistema donde a menudo se premia la apariencia por encima del contenido, Varsavsky lanzó un mensaje contundente: “Invierto donde hay ciencia real, no humo financiero”. Desde telecomunicaciones hasta biotecnología, ha apostado por sectores donde el impacto es tangible. Su consejo: financia tus ideas al principio con tus propios medios y no busques capital hasta tener una base sólida. El objetivo no es levantar rondas, es construir algo que transforme. Una primera reflexión para emprendedores: Sin fórmula, pero con fondo.
“Lo que me funcionó no fue magia, fue ciencia y visión”
El David del cable, aquella inolvidable portada de Forbes contaba la trayectoria del argentino que comenzó en Nueva York, pero fue en España donde lanzó uno de sus proyectos más icónicos: Jazztel, una compañía de fibra óptica que desafió a Telefónica, una historia de visión y riesgo.
Luego vendría su participación clave en Terra, la apuesta por Ya.com y su iniciativa global de WiFi con FON hasta 2019. Esta última compañía la arrancó en 2005 con el objetivo de compartir la conexión sobrante de internet en casa a través de un router inteligente que cediera los ‘megas’ no utilizados.
Por el camino logró el respaldo de gigantes tecnológicos como Google o Qualcomm; telecos como British Telecom o Deutsche Telekom y grandes fondos de capital riesgo como Index Ventures, Sequoia y Atomico. A pesar de sus éxitos, también con humildad reconoce oportunidades perdidas, como una oferta que rechazó por su red WiFi.
Equipo Bonsái Consultores en el Madrid Economic Forum
Energía con propósito y cambio de rumbo
Comprometido con el cambio climático, incursionó en las energías renovables, aunque pronto reformuló su visión: más que macroproyectos solares, cree en la independencia energética desde los tejados, como demostró en su propia casa. Y dio el salto a la fertilidad. Una experiencia personal le llevó a fundar una cadena de clínicas de fertilidad en Estados Unidos y Canadá, un éxito inesperado para alguien con trayectoria en telecomunicaciones.
A pesar de los obstáculos para replicarlo en Europa, hoy apuesta fuerte por la biotecnología desde su empresa Gameto especializada en utilizar células madre para la maduración in vitro de óvulos, con el objetivo de mejorar los tratamientos de fertilización asistida.
Emprender en España: potencial, obstáculos y esperanza
Aunque vive en España y aprecia profundamente su calidad de vida —“el sol, la calidez de la gente, los niños felices…”, Varsavsky no esconde sus críticas: “¿Por qué es tan difícil hacer empresas aquí?” denuncia, apuntando a la burocracia y a políticas que, en su opinión, ahogan la iniciativa privada. Su confianza, en cambio, la deposita en cambios como el nuevo gobierno argentino y en ciudades como Madrid, que describe como “bien gobernada, la locomotora de España”.
Su historia no es una receta, pero sí un mapa: uno que puede guiar a quienes están decididos a emprender sin humo, y con propósito, en un escenario tan desafiante como el español. No hay que buscar aplausos, pero sí dejar impacto. Desde luego triunfa comunicando.
Su paso por sectores tan distintos como internet, la energía y la salud reproductiva no responden a una fórmula, sino a una combinación de curiosidad, visión científica y estrategia bien medida.