Directivos y Empresas

Cómo actuar ante las caídas y los rebotes de la Bolsa

La situación actual representa un gran paradigma para los inversores tradicionales de renta variable. Por un lado, nos enfrentamos a la peor crisis económica desde la gran depresión de 1929.

Las previsiones de organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial, la OCDE, el BCE o la FED hablan de contracciones económicas del entorno del 10% para Europa y del 15%-25% para Estados Unidos durante la primera mitad de este año. Por otro lado, la respuesta fiscal de los Gobiernos y los estímulos monetarios de los Bancos Centrales no tienen parangón. 

El Covid-19 cambia la reglas para los inversores

Personalmente creo que estamos asistiendo a un cambio en las reglas de juego del mercado, algo que solo ocurre una vez en el transcurso de muchas décadas. El Covid-19 está causando una de las mayores crisis económicas de la historia, y ha dado alas a la intervención de los mercados como nunca habíamos visto.

Nadie cuestiona la ética de lo que se está haciendo, porque el problema es tan severo que la prioridad ahora es salvar a las economías. Pero cuando uno analiza la acción de los Bancos Centrales, descubre que se han convertido en los compradores de última instancia de cualquier producto financiero con riesgo de colapsar.

En mi opinión, los Bancos Centrales han dejado de ser instituciones independientes y se están convirtiendo en herramientas de los Gobiernos. Financian la deuda pública, compran bonos corporativos, bonos hipotecarios, bonos municipales, bonos “basura”, y en países como Japón incluso ETF´s de renta variable.

Estas compras limitan el riesgo en el mercado, pero provocan un espejismo para el inversor ya que las cotizaciones no reflejan la realidad económica. Los Gobiernos rescatan compañías o sectores bajo la premisa de que tienen un papel estratégico, como ocurre con algunas aerolíneas o petroleras.

En otras ocasiones conceden subvenciones, o líneas de financiación ICO, o incluso ofrecen entrar a formar parte del capital social de multinacionales en dificultad financiera de forma temporal. Es decir, salen al rescate cuando la situación es adversa, pero no cuestionan las prácticas que realizaban muchas de estas empresas antes de la crisis: el endeudamiento excesivo, la recompra de acciones o el pago de dividendos injustificado dada la situación de su balance.

No hay muchas alternativas de inversión

En mi opinión, el inversor se enfrenta a un dilema: no hay muchas alternativas de inversión con rentabilidad positiva a medio/largo plazo, ya que los Bancos Centrales, con sus políticas ultra expansivas, han eliminado la opción de tener el dinero en cuenta corriente o invertir en renta fija a corto/medio plazo.

La alternativa de comprar renta variable ahora tiene riesgo, ya que todos sabemos que la dirección la marca la bolsa estadounidense, y hoy, en plena crisis económica, está incluso más cara que a finales de 2019.

El perfil optimista del inversor de hoy

Por tanto, si decidimos comprar, debemos tener muy claro que asumimos unas hipótesis muy optimistas: que lo peor de la crisis del Covid-19 ya ha pasado, que la desescalada no provocará nuevos rebrotes infecciosos, que pronto tendremos una vacuna o tratamiento efectivo que nos permita combatir potenciales episodios recurrentes en el futuro, que la recuperación económica será en “V”, que los beneficios empresariales volverán a recuperarse a partir del tercer trimestre de este año, que las tasas de desempleo tan elevadas serán pasajeras y no tendrán un efecto negativo en las pautas de consumo e inversión a medio/largo plazo, y por encima de todo, que no tendremos presiones inflacionistas en el futuro, ya que esto obligaría a los Bancos Centrales a retirar el estímulo monetario en el que se está apoyando la subida actual de las bolsas. 


Por Pablo Gil – Jefe de Estrategia de XTB

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