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La nueva era del tecno-nacionalismo

El posible retorno de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos vuelve a avivar la llama de aquella guerra comercial que mantuvo Norteamérica con China. Aquella situación fue el preludio de lo que hoy se conoce como tecno-nacionalismo. Este es el término que ha utilizado Emma Fernández, consejera independiente, para definir la situación actual a nivel global.

La también miembro del Consejo Asesor del Centro de Gobierno Corporativo de Esade ha participado junto a otros expertos en la sesión “La tecnología y la innovación, claves para la deflación y la productividad”, tercera dentro del ciclo “El regreso de la geopolítica a la agenda del Consejo de Administración’, organizado por el Centro de Gobierno Corporativo de Esade y EsadeGeo.

La explicación del tecno-nacionalismo

«Europa ha dejado atrás el liderazgo que alguna vez ostentó en el despliegue de las redes de telefonía móvil», lo que, junto con la disminución de la productividad, «obliga a sus países y empresas a aumentar su inversión en tecnología», ha explicado Fernández, para quien la actual situación es compleja y apunta a una clara probabilidad del surgimiento de dos ecosistemas tecnológicos divergentes. «Estamos presenciando un aumento del ‘tecno-nacionalismo’, que está generando una ‘guerra fría 2.0’ entre China y Estados Unidos y que tendrá un gran impacto en Europa», vaticina la experta.

Otra de las participantes del encuentro organizado por Esade, Raquel Jorge, investigadora del Real Instituto Elcano, coincide con esta visión y mantiene que la verdadera cuestión no es qué bloque lidera qué tecnología, sino quién tiene el monopolio de esa tecnología. Es decir, quién tiene la capacidad de convertirla en producto y comercializarla.

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De izda. a dcha.: María Sicilia, consejera independiente y directora de Inversiones de Enagás; Emma Fernández, consejera independiente y miembro del Consejo Asesor del Centro de Gobierno Corporativo de Esade; Raquel Jorge, investigadora del Real Instituto Elcano, y Carlos López Blanco, presidente de la Fundación ESYS, miembro del Consejo Asesor de Telefónica de España y profesor de Esade Law School.

Las oportunidades de Europa en la carrera tecnológica

Contemplando el tecno-nacionalismo como una carrera tecnológica en el mundo, Europa tiene fortalezas y debilidades que tendrá que superar para poder optar a las oportunidades que se presentan. La investigadora señala que el viejo continente es competitivo en áreas como la inteligencia artificial y la ciberseguridad, mientras que en otras como las nuevas baterías o los servidores está a la vanguardia, aunque en estos casos se precisa de una mayor colaboración público privada. Al respecto de las oportunidades, Raquel Jorge vislumbra áreas como el blockchain, el almacenamiento de datos, la virtualización y la ciberseguridad de las infraestructuras críticas y el sector público.

Otra tecnología en la que Europa puede ser relevante es la computación cuántica, según explica Carlos López Blanco, presidente de la Fundación ESYS y miembro del Consejo Asesor de Telefónica de España. Este otro portavoz subraya que «la batalla por la hegemonía tecnológica mundial se está librando en la computación cuántica, donde Estados Unidos invierte 3.300 millones de dólares al año». La clave para Europa al respecto de esta tecnología pasa por su regulación y la digitalización de su economía.

Por su parte, María Sicilia, consejera independiente y directora de Inversiones de Enagás, señala que «para la mayoría de las tecnologías, especialmente la cuántica, se requiere una gran cantidad de energía, y gran parte del desafío para ser competitivo radica en su coste». Según afirma esta experta, Europa paga siete veces más que Estados Unidos por el gas y tres veces más que China por la electricidad. Además, advierte que «la transición verde no será fácil y no reducirá las tensiones geopolíticas», haciendo referencia a la reducción en la importación de energías fósiles y la necesidad de minerales como el litio y las tierras raras.

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