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Durante décadas, la Universidad ha sido el camino más valorado para alcanzar un empleo de calidad. Sin embargo, esa tendencia está cambiando. La Formación Profesional (FP) ha superado a los estudios universitarios como la vía preferida por los españoles para lograr una carrera laboral sólida, bien remunerada y estable, según el último estudio de Aplazame.

Este giro en la percepción ciudadana se produce en un contexto marcado por la transformación del mercado laboral, la escasez de perfiles técnicos y la necesidad constante de actualización de competencias. El 51,2% de los encuestados considera que la FP abre más puertas laborales, frente al 38,5% que sigue confiando en la universidad como principal herramienta de empleabilidad.

El auge de los perfiles técnicos: demanda sin cubrir

Uno de los datos más relevantes del estudio es que España tiene actualmente más de 153.000 vacantes sin cubrir, según cifras del INE. La mayoría de estas ofertas están vinculadas a sectores técnicos donde la FP tiene un peso fundamental: electricidad, mecánica, mantenimiento industrial, informática o energías renovables.

Este desajuste entre oferta y demanda es un reflejo del cambio en el modelo de trabajo. Las empresas no solo buscan titulaciones, sino competencias técnicas específicas, experiencia práctica y capacidad de adaptación. Y en ese aspecto, la Formación Profesional ofrece un enfoque más inmediato, útil y aplicable.

Según un estudio de Adecco, el 60% de las empresas en España manifiesta dificultades para encontrar talento cualificado, lo que hace aún más valiosa la FP como palanca de empleabilidad.

La FP responde mejor al nuevo mercado de trabajo

La transformación digital, la automatización, el avance de la IA y la sostenibilidad han modificado las necesidades de las empresas. Hoy se valoran más las habilidades técnicas, el aprendizaje práctico y la especialización.

Ámbitos como las nuevas tecnologías e informática (85,1%), el marketing digital (58,2%), las ciencias de la salud (57,4%) o la energía y sostenibilidad (36,5%) se posicionan como los más atractivos para quienes buscan un empleo de calidad.

La Formación Profesional se adapta a estas demandas con programas más cortos, orientados a la empleabilidad inmediata y en colaboración con el tejido empresarial. Esta flexibilidad y enfoque práctico resultan claves para un mercado cada vez más dinámico.

La formación continua, una necesidad reconocida

Otro dato clave del estudio de Aplazame es que el 74% de los trabajadores cree que tendrá que reciclarse en los próximos cinco años para no quedarse fuera del mercado. Esto implica adquirir nuevas competencias, cambiar de sector o adaptarse a tecnologías emergentes.

En este contexto, la FP se convierte no solo en una vía de acceso al empleo, sino también en una herramienta clave de actualización profesional. Su oferta modular, especializada y adaptable permite a miles de trabajadores reinventarse, mantenerse vigentes y mejorar su proyección laboral.

¿Qué factores influyen al elegir un programa formativo?

El estudio identifica los cinco factores más importantes para los españoles a la hora de escoger una formación:

  1. Modalidad de estudio (presencial, online, híbrido): 71%

  2. Empleabilidad al finalizar: 66%

  3. Precio del curso: 60%

  4. Reputación del centro educativo: 44%

  5. Disponibilidad de financiación: 41%

Esta lista confirma que la decisión de formarse es estratégica y que el usuario valora flexibilidad, impacto en la empleabilidad y accesibilidad económica. La calidad del centro también cuenta, pero no es determinante si las otras variables no se cumplen.

La financiación, un factor decisivo

El informe de Aplazame pone de relieve que el 94% de los encuestados valora la financiación como elemento clave para poder acceder a formación de calidad. De hecho, muchas decisiones de matrícula dependen de la posibilidad de fraccionar los pagos o contar con soluciones de crédito transparentes y accesibles.

Las características más valoradas en una financiación formativa son:

  • Financiación sin intereses (72,2%).

  • Flexibilidad en los plazos (64,2%).

  • Rapidez en la aprobación del crédito (31%).

  • Sin necesidad de avales (24,2%).

En este sentido, soluciones como la de Aplazame, empresa del grupo WiZink, se consolidan como aliados para facilitar la capacitación continua. Su modelo de financiación instantánea se adapta a las nuevas necesidades del aprendizaje digital.

¿Una oportunidad para las empresas?

Este cambio de percepción representa una oportunidad para el tejido empresarial español. Apostar por FP significa acercarse a un modelo de talento más ágil, técnico y especializado. Las empresas pueden colaborar con centros de FP, diseñar formación a medida o facilitar el reciclaje interno de su plantilla.

Además, incorporar perfiles procedentes de la Formación Profesional reduce el tiempo de onboarding, mejora la adecuación al puesto y genera un retorno rápido de la inversión en talento.

La educación superior, ¿en revisión?

Este fenómeno no implica el fin de la Universidad, sino una revisión de su modelo y su relación con el empleo. Las universidades deberán reforzar su conexión con el tejido productivo, flexibilizar sus programas y fomentar las competencias prácticas y digitales.

La FP no sustituye a la educación superior, pero sí se ha posicionado como una alternativa más directa, especializada y eficaz para acceder a un empleo de calidad. Ambas pueden coexistir, pero con roles diferentes y complementarios.