Directivos y Empresas

«Banco Santander es la empresa que más invierte en apoyo a la educación en el mundo»

 Federico Gómez, director de sostenibilidad de Banco Santander,lo tiene claro: “la RSC ha de ser una herramienta de gestión”.

Oportunidades, creación de empleo y riqueza, bienestar social y medio ambiente. Esas son las grandes líneas de trabajo del Banco Santander, para quien la educación es un aspecto capital para el progreso de las personas.

Federico Gómez Sánchez, director de Sostenibilidad del Banco Santander.
Federico Gómez Sánchez, director de Sostenibilidad del Banco Santander.

Había muchas expectativas puestas en el 2015 sobre el avance de la RSC y hay quien señala que el balance no ha sido tan fructífero. ¿Qué retos señalaría usted a partir de este momento?


En los últimos años las empresas hemos realizado grandes avances en nuestra manera de entender y gestionar la RSC como una herramienta fundamental para seguir generando valor y confianza en una sociedad que está cambiando profunda y rápidamente.
Creo que los avances en estos últimos años son evidentes.

En el caso del Santander, el ejemplo empieza por su propia misión, que es contribuir al progreso de las personas y de las empresas. Para ello nos hemos fijado quince objetivos estratégicos, muchos de los cuales no son financieros y que se refieren, por ejemplo, en cómo convertirnos en una empresa atractiva para trabajar, a la satisfacción de los clientes o al impacto que tenemos en la sociedad. La RSC ha de ser una herramienta de gestión.

[blockquote style=»1″]Más allá de nuestros programas de acción social, hemos de tener en cuenta otros factores quenos exigen ser responsables en cualquier escenario[/blockquote]

La educación, la desigualdad y el cambio climático son tres puntos destacados en los que se debería insistir más. ¿Tienen líneas abiertas para estos frentes?


Más allá de nuestra actividad ordinaria, en Banco Santander trabajamos para contribuir a la igualdad de oportunidades, la creación de empleo y riqueza, el bienestar social y proteger nuestro entorno.

Una de nuestras líneas de actuación más destacadas es el apoyo a la educación, que iniciamos hace 19 años, y que se ha consolidado como el eje central de nuestro compromiso con la sociedad y una de nuestras señas de identidad.
Y es que creemos firmemente que la educación es uno de los pilares fundamentales para evitar la desigualdad y avanzar el progreso económico y social. Que facilita a las personas el acceso a los recursos necesarios para alcanzar una vida plena, al tiempo que ayuda a las comunidades y los países a crecer y prosperar.

Mantenemos más de 1.200 acuerdos de colaboración con instituciones educativas y de investigación, y en 2015 destinamos en total 160 millones de euros en apoyo a 3.900 proyectos universitarios. Según el Informe Varkey/UNESCO-Fortune 500, Banco Santander es la empresa que más invierte en apoyo a la educación en el mundo.

También es prioritario el firme compromiso del Santander con la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático. Contamos con planes internos de eficiencia energética con objetivos de reducción de consumos y emisiones, utilizando además cada vez más fuentes de energías renovables. El 40% de la electricidad que consumió el Santander en sus instalaciones en todo el mundo procedió de fuentes renovables.

Y enfocando en la actividad fundamental de un banco, la financiación, contamos con políticas que limitan y restringen la financiación de actividades que dañan el medio ambiente en sectores como el energético o el de soft commodities. Además, el banco es una referencia en la promoción de energías renovables. En 2015 participó en la financiación de 7.362 MW (megavatios) en parques eólicos, hidroeléctricas y plantas fotovoltaicas en muchas de las geografías en las que estamos presentes.

[blockquote style=»1″]La formación interna en materia de RSC es fundamental. El objetivo es que en el Banco no haya un responsable de RSC, sino 193.000, que son todas y cada una de las personas que trabajan en el Banco[/blockquote]

¿Cree que la estrategia elaborada por el gobierno en materia RSC podría limitar el poder de ciertas compañías? ¿La regulación es positiva en ese sentido?


Las empresas debemos anticiparnos y adaptarnos a los cambios regulatorios, que en muchos casos sirven para seguir avanzando en nuestra gestión. Así ocurre en términos de transparencia y reporte, donde muchas empresas nos estamos anticipando a la transposición de la directiva europea de información no financiera, o tenemos incorporadas las recomendaciones del Código de Buen Gobierno de la CNMV en materia de sostenibilidad.

Se dice que la RSC convencional ya no es suficiente. ¿Se puede innovar más allá de evitar malas prácticas?


El concepto de la tradicional responsabilidad social corporativa ha cambiado. Más allá de nuestros programas de acción social, concebidos para ayudar a quienes tienen menos recursos, hemos de tener en cuenta otros factores que nos exigen ser responsables en cualquier escenario.

La revolución digital, el acceso a la información y los nuevos hábitos de los consumidores nos obligan a evolucionar en la manera de relacionarnos con nuestros clientes y con la sociedad. No se trata sólo de evitar malas prácticas y mitigar los riesgos (financieros, reputacionales, etc…). Se trata de contribuir de forma proactiva al progreso social y a la conservación del medio ambiente con fórmulas nuevas e innovadoras.

Hay muchos ejemplos de esto en el ámbito de la RSC o de la sostenibilidad como los bonos verdes, los social impact bonds, o fórmulas de inclusión financiera que utilizan las nuevas tecnologías.

¿Cree que la RSC y la gobernanza en las empresas son dos conceptos totalmente integrados hoy en día?


Sin duda, la responsabilidad social corporativa (RSC) de las empresas tiene que estar integrada en su modelo de negocio, y formar parte de su gobierno corporativo.

Concretamente en Santander actualizamos en 2015 nuestra estructura de gobierno en materia de sostenibilidad con el objetivo de incorporar las mejores prácticas a nivel internacional sobre responsabilidad social corporativa, así como las recomendaciones de buen gobierno de la Comisión del Mercado de Valores (CNMV) en España, que se incorporaron en el reglamento del Consejo.
Y como he comentado, la integración de la RSC en el modelo de negocio se materializa en el hecho de que forma parte de los objetivos estratégicos del banco.

Ciudad Financiera Banco Santander.

Con todo, además de la buena predisposición de las empresas, ¿hay que enfocarse en la formación en asuntos de responsabilidad social corporativa?


Efectivamente, la formación interna en esta materia es fundamental. El objetivo es que en el Banco no haya un responsable de RSC, sino 193.000, que son todas y cada una de las personas que trabajan en el Banco.

 

[blockquote style=»2″]El objetivo es que en el Banco no haya un responsable de RSC, sino 193.000, que son todas y cada una de las personas que trabajan en el Banco[/blockquote]

 

 

Otra de las vertientes importantes es la inversión que requieren este tipo de políticas. ¿Qué inversiones destacan en este capítulo dentro de su organización?


En 2015, el Consejo de Administración de Banco Santander aprobó la actualización de nuestra política general en sostenibilidad, que sienta los principios generales de actuación del banco en esta materia, así como los compromisos que de forma voluntaria Santander adquiere con sus principales grupos de interés, enfocados a la creación de valor a largo plazo.
Además, se revisaron las políticas sectoriales en ámbitos sensibles, como defensa, energía y soft commodities. Y también las políticas de cambio climático, derechos humanos y voluntariado.
En la revisión de estas políticas tuvimos en cuenta las principales demandas de inversores, analistas y ONGs, que muestran cada vez una mayor sensibilidad por los temas de sostenibilidad.

 

[blockquote style=»2″]nuestro objetivo es ayudar a un total de 4,5 millones de personas para el 2018 y para ello contamos con una metodología que nos permite medir de forma rigurosa este objetivo.[/blockquote]

 

¿Qué repercusiones a los clientes de una empresa pueden tener unas malas o nulas prácticas en la RSC?
Podrían ser muy perjudiciales. La sociedad, de la que forman parte nuestros clientes, demanda empresas responsables, que contribuyan al progreso económico y social, y que tengan en cuenta el impacto de sus decisiones sobre el medio ambiente. No concibo una empresa de éxito, capaz de atraer al cliente moderno, esto es, informado y concienciado, sin una estrategia clara en RSC. Esto implica contar con políticas, modelos, códigos de conducta y prácticas responsables.

Aun así, parece difícil cuantificar los retornos de cualquier estrategia responsable. ¿Tienen indicadores para ello? ¿Cómo realizan ustedes esta medición?
Es cierto que es más fácil cuantificar los daños por no tener una estrategia responsable que los beneficios. Pero también se miden los beneficios que reportan las buenas prácticas en RSC. Por un lado tenemos indicadores concretos, KPIs, que miden la gestión (empleados, clientes, medio ambiente,…) y que nos dan una idea de cómo estamos gestionando nuestros recursos.

En Santander creemos que lo que no se mide no existe. Por ello, estamos empleando grandes esfuerzos en medir el impacto de nuestra actividad fundamentalmente en la sociedad a la que servimos. Un ejemplo es la medición de las personas que han sido beneficiadas por nuestros programas de acción social: nuestro objetivo es ayudar a un total de 4,5 millones de personas para el 2018 y para ello contamos con una metodología que nos permite medir de forma rigurosa este objetivo.

 

Además de este sistema interno de medición tenemos muy en cuenta la opinión de los analistas e inversores en sostenibilidad, como es el caso del índice Dow Jones Sustainability Index, o las encuestas y rankings de reputación empresarial y en RSC.

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