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Dr. Juan Carlos Meneu: Premio Nacional de Medicina y referencia en los quirófanos españoles

El‭ ‬Dr‭. ‬Juan Carlos Meneu‭, ‬Jefe del Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo en el Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid‭,‬‭ ‬nos explica los protocolos que sigue su equipo en la actualidad y nos hace balance de cómo se desarrolló‭ ‬el‭ ‬último año para‭ ‬él y los suyos‭. ‬Recientemente‭, ‬Meneu ha sido reconocido con un Premio Nacional de Medicina‭.‬

 

Dr. Meneu, Premio Nacional de Medicina.
El Dr. Meneu posa junto al Premio Nacional de Medicina.

 

Recientemente acaba de recibir el Premio Nacional de Medicina en Cirugía General y del Aparato Digestivo. ¿Qué significa este Premio para usted?

Me lo han preguntado mucho estos días. Lo primero que supone es una satisfacción tremenda porque un premio de este tipo creo que representa un reconocimiento a la labor de equipo y de equipos, especialmente en un año como el que hemos tenido.

El mismo Premio Princesa Asturias a la Concordia fue al año pasado para los sanitarios. Yo lo que quiero reivindicar aquí con el Premio Nacional de Medicina es la labor de los equipos. Yo he tenido la suerte de representar a uno de ellos y de ser el que recibe este Premio en concreto, pero realmente es un tributo a la labor de los sanitarios en su día a día.

¿Este tipo de reconocimientos hace que se dispare la demanda de sus consultas?

Yo pienso que lo que hace que los pacientes confíen en nosotros y que, por lo tanto, vengan es que les tratemos bien, no tanto el que tengamos un premio. Ser profesionales y respetuosos con nuestros enfermos es nuestra principal virtud.

Sí que he notado estos días en las redes que nuestros pacientes se sienten orgullosos de pertenecer a un grupo de personas que comparten una parte de sus vidas con nosotros. No he notado una mayor afluencia de pacientes, pero sí es verdad que los que vienen, están más contentos.

No obstante, no siempre nos salimos con la nuestra porque vivimos en una profesión que nos dedicamos a curar, aliviar y paliar y hay veces que no puedes hacer bien todas las cosas a la vez y por eso también nos tenemos que acordar de aquellos pacientes que no les pudimos ayudar.

 

 

Pero recibir un Premio de este calibre hoy en día con las redes sociales, etc… tiene un mayor impacto que hace unos años…

No hay duda. El hecho de que la información fluya de forma más rápida e instantánea hace que vengan pacientes cuya fuente de información es precisamente esa.   

En su caso particular, ¿cómo se ha desarrollado su trabajo durante todo un año de Covid? ¿La telemedicina y la teleasistencia forman parte de su día a día?

Ha sido un año durísimo. Hay que reconocer que la mayor parte del colectivo de cirujanos pensábamos que esto sería un tema del lejano oriente, pero en el momento que llega este tsunami, se paraliza la actividad normal de un hospital público y privado (no debemos obviar la importancia del sector privado).

Esto supuso, concretamente para nuestro hospital, cambiar completamente la forma de prestar atención a los pacientes, priorizando a pacientes Covid. 

 

Ha habido otra crisis más silenciosa que la han sufrido aquellos que no han podido recibir su tratamiento en tiempo y forma. Ese tiempo perdido ha hecho que encontremos casos de enfermedades más avanzadas”

 

Urgencias quirúrgicas (también oncológicas) y enfermos Covid eran nuestra prioridad. No había otra opción. No pudimos dar la respuesta que deseábamos al grupo de pacientes oncológicos y eso ha generado la irrupción de la telemedicina.

Y es que además de la pandemia que conocemos, ha habido otra más silenciosa que la han sufrido aquellos que no han podido recibir su tratamiento en tiempo y forma. Ese tiempo perdido ha hecho que encontremos casos de enfermedades más avanzadas con un impacto claro en su supervivencia. 

Lo cierto es que la telemedicina ha llegado para quedarse y la crisis nos ha permitido trabajar en un sistema que no teníamos tan desarrollado. Hay mucha información que se puede tratar desde las TICs.

 

 

Pero el trato humano y el contacto con los médicos es uno de los grandes avales para profesionales como usted…

Totalmente, está claro que lo ideal es la normalidad que teníamos. Pero en esta etapa actual lo que tenemos que hacer es ser proactivos y adelantarse en la medida que se pueda. Por eso creo que hay que aprovechar la tecnología en beneficio de los pacientes.

Una parte de nuestra agenda está dedicada a llamadas telefónicas, cosa que hace un año y medio no existía. Restringimos a los pacientes a lo estrictamente necesario. 

Con amplia formación en cirugía oncológica del aparato digestivo, ¿en qué tipo de operaciones ha tenido que intervenir más durante este último año?

Hasta el verano del 2020 me he dedicado a pacientes Covid y problemas relacionados con esta enfermedad. Después se recuperó en cierto modo la actividad tradicional, combinada con una serie de labores que han permitido que los hospitales desarrollemos nuestra función. Afortunadamente, los hospitales se consideran seguros para la población gracias a unas medidas protocolarias muy asentadas en la actualidad. 

Así que después del verano, nos centramos en operaciones de oncología (colon, recto, esófago, hígado…) en estadios muy avanzados. No descansamos ni un solo día en aquel entonces porque había mucho tiempo que recuperar.

 

 

Si una persona ha pasado la enfermedad del Covid, ¿cuándo está indicado que puede pasar por el quirófano? ¿Cuál es el protocolo que siguen actualmente?

La respuesta a esta pregunta está basada en nuestra experiencia, porque lo cierto es que no hemos tenido datos científicos publicados. Al principio de la pandemia tratábamos de seguir la pauta en tiempos de espera parecidos a los de otras infecciones, pero a partir de septiembre nos guiamos por un estudio en donde se concluía, entre otras cosas, que un paciente operado que ha pasado el Covid puede tener más posibilidades de fallecer que otro sin haberse contagiado.

El riesgo va disminuyendo a medida que pasa el tiempo entre la infección y la intervención, de modo que nosotros tomamos como referencia siete semanas para que un paciente Covid pueda ser sometido a una cirugía. Si lo hacemos antes porque sea una urgencia, hay que extremar la medidas de prevención en el posoperativo del paciente. Trabajamos bajo fundamento científico.  

 

Su unidad dedicada al cáncer del Hospital Ruber Juan Bravo tiene más de 10 años de recorrido. ¿Cuáles son los principales hitos alcanzados en esta década?

Uno muy importante es consolidar el tratamiento multidisciplinar. El hecho de que el paciente esté en el centro de todo requiere una profunda preparación profesional. Aunque seamos un equipo de especialistas distintos y de perfiles diferentes, hemos conseguido centrarnos en el paciente. Esta fluidez es uno de los principales logros que hemos alcanzado en estos años.

 

Un paciente operado que ha pasado el Covid puede tener más posibilidades de fallecer que otro sin haberse contagiado. El riesgo va disminuyendo a medida que pasa el tiempo entre la infección y la intervención”

 

En segundo lugar, destacaría la implantación de la cirugía mínimamente invasiva hasta todos los extremos. Un paso más en ese avance ha sido la cirugía robótica, que en el fondo no deja de ser una cirugía laparoscópica en donde el cirujano, para beneficio del paciente, se convierte en una especie de ‘superman’ por las habilidades y precisiones que confiere el robot.

En tercer lugar, tendríamos que hablar de los protocolos de recuperación intensificada, trabajando bajo el paradigma de que el mejor sitio para la recuperación del paciente es su medio. El hospital es un entorno hostil y cuanto antes se salga de él, mejor.

 

Uno de los tumores con mayor incidencia en hombres y mujeres es el de colon. ¿Seguimos fiándonos de la colonoscopia como la mejor técnica preventiva o hay novedades al respecto?

Efectivamente, el cáncer de colon es el más frecuente en nuestro país, pero la buena noticia es que es curable y prevenible y ahí es donde tiene valor la colonoscopia. La mejor manera de curar una enfermedad es tratar de prevenirla y en el cáncer de colon se puede hacer una prevención primaria, pero poca gente la practica.

La prevención secundaria son los test de sangre oculta y sus derivados (muy útil, pues puede reducir la mortalidad por cáncer hasta un 50%). Tras ella, la prueba de oro hoy por hoy sigue siendo la colonoscopia óptica. Solo la colonoscopia puede reducir la mortalidad casi un 70%.

 

¿Cuáles pueden ser las causas por las que las enfermedades inflamatorias intestinales se hayan multiplicado por 10 en los últimos 25 años?

Se desconoce la causa concreta, pero está claro que esta mayor incidencia tiene que ver con la predisposición genética, los hábitos dietéticos y los hábitos farmacológicos (esenciales, pero modifican la flora intestinal).

 

 

Además de la cirugía digestiva, su unidad también aborda patologías de la mama y ginecología. ¿Se plantean ampliar su unidad a otras patologías?

No, tenemos bastante con todo eso. Lo que sí nos planteamos es implementar nuevas tecnologías en estas especialidades y participar en ensayos clínicos desde el punto de vista de fármacos o procedimientos técnicos que impacten positivamente en los pacientes. Tengo la suerte de liderar un grupo de investigación llamado Investigación Médica Aplicada en Networking (IMAN) desde el cual investigadores clínicos y moleculares ponemos el foco en el paciente y tratamos de mejorar el tratamiento de las personas.   

 

¿Cuáles son las tecnologías más punteras que han implementado en términos generales?

Antes de llegar a este entorno, destacaría el trasplante intestinal y el trasplante de donante vivo (por motivos jurídicos la sanidad privada no puede realizarlos, salvo algunas excepciones). Ya en el contexto de la cirugía oncológica, la cirugía robótica (llevar esta tecnología a donde antes no se estaba llevando) y la cirugía de la carcinomatosis peritoneal: en pacientes que hace 15 años, por la extensión de su enfermedad, se desestimaba cualquier tratamiento quirúrgico, hoy podemos operarles y combinar las intervenciones con quimioterapia. Hemos conseguido tasas de supervivencia que hace 15 años eran impensables.

 

Dicho todo esto, ¿qué objetivos se marcan a medio plazo en su servicio?

Desde el punto de vista estructural, seguir creciendo como persona y como equipo con un aprendizaje continuo. No recuerdo quien decía aquello que si estás en una habitación y el más listo eres tú, es que estás en el sitio equivocado. Si esto lo trasladamos a un hospital, me gusta sentir que estoy en un centro rodeado de gente de la que puedo aprender continuamente. 

Desde otro enfoque, los otros objetivos que nos planteamos son profundizar en el abordaje multidisciplinar, el desarrollo de nuevas tecnologías y, en un sentido más amplio, generar un modelo quirúrgico que sea de esta generación, ya que los patrones están inventados desde hace mucho tiempo. Y para eso hay que investigar mucho…


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