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Chipre y la falta de visión europea

Jorge V. Sanz Barriopedro
Consejero Delegado
atlCapital Inversiones AV, S.A.

Una vez más, la crisis de un país europeo se ha cebado con las bolsas de todo el continente y ello ha vuelto a generar dudas sobre la capacidad de reacción de Bruselas, al reaccionar de forma tardía con la solución de la quita de una parte de depósitos. Es más las diferentes propuestas que se pusieron sobre la mesa no hacían más que aportar una estabilidad todavía mayor en los mercados.

Los mercados financieros venían caminando desde hace unos meses con una cierta placidez hasta que, de pronto, apareció Chipre con todos sus problemas, y la placidez se convirtió en desazón.

A ello no sólo ha contribuido la realidad chipriota sino también, y mi juicio esto es mucho más grave, las indecisiones de la Unión Europea. Se supone que una situación como la de Chipre no aparece de la noche a la mañana sino que se va gestando a lo largo de los meses, incluso, años. Durante todo este tiempo los expertos de la Unión Europea han tenido que ir buscando soluciones al problema que se nos venía encima a todos.

Pues bien, esto no ha sido así. En un primer momento la propuesta Bruselas fue que a todos los depósitos bancarios se les iba a hacer una quita a fin de paliar los efectos de la intervención. Esta primera medida comprendía toda clase de depósitos, independientemente de su cuantía. La única diferencia se encontraba en el porcentaje de quita que se realizaba.

A bote pronto, parece injusta la medida, ya que todo aquel que ha sido “hormiga” y ha trabajado y ahorrado tiene que contribuir con una parte de sus ahorros, mientras que aquel que ha sido “cigarra” y se ha gastado más de lo que ha generado no aporta nada, puesto que nada tiene.

Esta decisión conculcaba todo los dicho anteriormente por la Unión Europea respecto a la “inviolabilidad” de los depósitos bancarios por debajo de 100.000 €, lo que provocó una caída generalizada en todas las bolsas europeas, especialmente de las acciones bancarias.

Como decía en un principio, a mí lo que más me ha preocupado, no ha sido la crisis chipriota, al fin y al cabo una más, sino la falta de previsión y de convicción en sus propias decisiones por parte de la Unión Europea.

En los días siguientes al anuncio de intervención pudimos asistir atónitos a diferentes propuestas lo que, a mi juicio, ha venido a aportar una mayor inestabilidad de los mercados financieros.

Chipre es un pequeño país de la Unión Europea con una situación muy especial desde el punto de fiscal. Es un pseudo paraíso fiscal, apenas se pagan impuestos y es utilizado para domiciliar sociedades con, digamos, peculiaridades especiales. Además es un destino para muchos inversores rusos a la hora de depositar sus capitales en los bancos chipriotas. Incluso, según parece, bastante inversores procedentes de países de la Unión Europea tenían allí, podemos decir que semi-ocultos, depósitos bancarios.

Ante esta situación la opinión pública europea se ha visto afectada, como decíamos, por la falta de previsión de la Unión Europea y, sobretodo, porque, en un principio, la decisión afectaba a todos los depósitos.

Más tarde esto se arregló y, a la hora de escribir estas líneas, parece ser que los depósitos inferiores a 100.000 € quedarán libres de la necesidad de aportar.

En esta situación los mercados financieros han quebrado la marcha positiva que tenían desde hace meses, al menos de momento, aunque la noticia positiva está en que la prima de riesgo que suele ser lo que más padece en esta clase de situación se ha defendido bastante bien, lo cual supone una lectura muy positiva respecto al futuro.

A nuestro juicio, lo que está sucediendo es un paso más en la “reconstitución de la Unión Monetaria Europea”. Caminamos hacia una unidad real, esto es, presupuestaria y fiscal, como poco, y resulta que teníamos dentro de la Unión un paraíso fiscal, lo cual no tiene mucho sentido.

Por lo tanto, dejando al margen mi decepción personal con las personas responsables en estos momentos de la UME por su falta de previsión y decisión, no ha ocurrido nada que no estuviera en el guión.

Por lo tanto continuamos con nuestro mensaje positivo dado durante los últimos meses: es el momento de comenzar a invertir en bolsa.

No sólo lo decimos nosotros sino que las diferentes encuestas que se suelen realizar por las revistas especializadas en los gestores de fondos en el mundo indican clarísimamente un cambio de sentimiento respecto a la evolución del precio de las acciones.

Este cambio de sentimiento se ve refrendado por la creciente liquidez que está entrando durante los últimos meses en los productos de renta variable.

Y ya sabemos, la bolsa sube por que hay más dinero que papel y baja porque han más papel que dinero, y en estos días el protagonismo lo tiene el dinero, independientemente de situaciones o problemas puntuales que podamos ir viviendo.

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